Construido por un diplomático alemán del siglo XIX que le dio su nombre, esta gran propiedad colonial consiste en pequeñas calles empedradas, plazas y jardines verdes. Ha sido la sede de varias embajadas prestigiosas (Japón, Estados Unidos, etc.) hasta que fue renovado para acoger a diferentes artistas entre otros. Siempre ha sido un lugar donde la buena sociedad de la región del Lemosín se reúne y se encuentra.